domingo, 30 de marzo de 2014

un nuevo curso






















Comenzar un nuevo curso siempre genera inquietud, una palabra que suele conllevar una tara semántica, estar inquieto, tenso. Y la realidad es que la inquietud es lo contrario de lo estático, de lo muerto.
Comenzar un nuevo curso universitario, Dibujo en nuestro caso, despliega una creciente escala de responsabilidades y de pasiones.
Enseñar y aprender, un ejercicio simultáneo.
En nuestra manera de entender esta cuestión, enseñar y aprender son las dos caras de una misma idea: crecer.
Cada nuevo curso trae consigo nuevas formas de transmisión, porque son nuevos los interlocutores y de ahí la necesidad de estar/ser inquieto.
Partimos de considerar algunas pocas e indispensables certezas y de innumerables incertidumbres que ponemos en juego con una irrenunciable fe en el devenir.
Sabemos porque estamos acá y ejercemos la responsabilidad como aporte esencial a nuestro rol. Este planteo exige un fino correlato de actitudes y acciones responsables en estudiantes y docentes que preferimos acordar antes que imponer.
En nuestra querida Fadu apostamos año tras año a generar un espacio de crecimiento. Trabajo, reflexión, utopía y afecto son los condicionantes que ponemos en juego en nuestros talleres.
                                                                                                                  
Del hacer al pensar
Del pensar al hacer

La imagen que ilustra este texto, me hace pensar en caminos de cierto grado de dificultad, subir o bajar, mirar de otras maneras para no tropezar y buscar nuevas formas a cada paso 

Es un placer encontrarnos, nuevos estudiantes 
Abrazo a todos
Gustavo Barbosa

fotografía: Moira Sanjurjo

jueves, 20 de marzo de 2014

saber dibujar
























Para los que vivimos enraizados en el universo de la arquitectura y el diseño, merodeamos el mundo del arte y ya contamos con un par de años transitando este planeta ( varios pares de años en mi caso) el saber dibujar siempre ha sido un preciado objeto de deseo. 
Podríamos preguntarnos que es lo que admiramos en esos habilidosos del lápiz, del plumín, de lapiceras, tizas o infames biromes, seres capaces de trazos elegantes y seguros: será la capacidad de registrar lo que ven? será que nos maravilla la destreza de lo que pueden producir? Está claro, siempre los veremos como seres de una raza superior que mirarán con cierto desdén a nosotros, los portadores de muñones sobrevivientes de ataques masivos de parálisis infantil!
Ahora bien, si dejo fluir las preguntas, digo, que es saber dibujar? manejar con destreza una herramienta? saber usar un 2B, un 67B, un rotring, el autocad 48515, el ilustrator 237, un cacho de ladrillo?
Más allá de estas virtudes envidiables, creo que saber dibujar es poder decir algo con precisión pero sin palabras, sólo con imágenes, poder argumentar y sostener un discurso con la abstracción que implica un registro grafico, ya sea 2D, 3D o 57 D.
Un discurso implica una estructura, relaciones entre partes, sintaxis y demás yerbas, un dibujo también. Saber que decir y como decirlo. Pensar.
Lleva años entender ésto. Lleva años saber escribir y decir. Dibujar también.
Saber dibujar es saber registrar la realidad. Claro que la realidad se mueve, nos hace pito catalán todo el tiempo, y muta una y otra vez mirándonos con burla, entonces?
Prefiero pensar que saber dibujar es poder registrar un pensamiento, una idea. La nuestra.
Poder ser precisos con uno mismo, para uno y para los demás. Ser precisos. Ser.
Ya sea con un trazo de grafito, una fotografía o la más avanzada herramienta digital.

Abrazo colectivo gente!
Gustavo Barbosa