sábado, 27 de agosto de 2016

noches de radio























Si  de imaginación hablamos, la radio es el lugar esencial.
Este medio audiovisual, audio parlante y visual imaginario, en muchas casos constituye un lugar de formación. 

Revisando los rincones de la memoria aparecen imágenes de indeleble matiz.
En los '70s, a nuestros 16, 17 años aparece la FM en Argentina y la música comienza a ocupar un sitial de honor en esas transmisiones. 
El notable cambio de calidad en el sonido, el rock que comenzaba su despliegue y nuestra curiosidad sin límite, conformaron una trilogía que, inevitablemente, cambió el curso de la vida.
Como no recordar esas noches mitológicas en las que, con mi querido amigo Alfredo, íbamos al estudio de la calle Maipú de la hoy Radio Nacional, para presenciar en vivo la transmisión de "Música con Ton, Son... y Williams", uno de los pocos programas que existían dedicados a la música beat, como se llamaba entonces.
Las 5 de la mañana nos encontraba felices volviendo a pie por la avenida Rivadavia

Las AM y FM convivieron desde entonces en una cadencia constante, alejada de horarios, inmersos en noches de entregas, noches de soledad y de amigos.

Siempre la radio.

Después llegaron los programas de autor, los conducidos por gente infinitamente enamorada de la música, "El Tren Fantasma", de Omar Cerasuolo, "El Intruso" de Marcelo Morales, "Animal de Radio" y "Radio Bangkok" del querido Lalo Mir y los entrañables "La Casa del Rock Naciente" del amigo Alfredo Rosso y "Algo Está Pasando" del amigo Claudio Kleiman, entre otras muchas imborrables producciones radiales.

Siempre la radio.

Voces increíbles, músicas que irrumpieron en nuestra humanidad, aprendizajes eternos y paisajes de fantasía . Todo eso es la radio.

Vayan estas palabras para aquellos que se han transformado en parte de nuestra vida y de nuestra historia.
96 años de radio en Argentina, salud!

Abrazo
Gustavo Barbosa

para mis amigos, los Alfredos y Claudio, con infinito afecto



sábado, 13 de agosto de 2016

políticas




Allá por los '70s no militar en política era impensado.
Algunos, muy pocos, militábamos de otras maneras. Cultivábamos la música y sus alrededores. El incipiente rock.
Toda una decisión en el medio de una tremenda violencia.
Todo un posicionamiento que muy lejos estaba de atender un aspecto frívolo y liviano.
Era apostar a la no violencia y al concepto que años después el Flaco Spinetta diría tan bien en su tema "Cuando el arte ataque".

La vida tiene vueltas impensadas y mientras uno va ejerciendo ésto de vivir, los acontecimientos se priorizan proponiéndonos nuevas formas.
Hoy la música y la política se han transformado en unívocas, y ambas configuran los retazos de rebeldía que permanecen en pie.
El sonido de esta época no permite la indiferencia, estar donde estamos implica desarrollar otras formas de resistencia.No hay otro camino. 

El autor alemán Bertolt Brecht lo señala de manera impecable:

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha su pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."

Abrazo
Gustavo Barbosa

para estos días de Madres

Agradecimiento especial al amigo Alfredo por esta perla

fotografía: autor desconocido




martes, 9 de agosto de 2016

hilvanes



































A veces la vida te envuelve en sutiles enredos,
y en el medio de semejante tumulto es difícil discernir entre lo real y lo imaginado, entre lo posible y la fantasía, entre la vivencia y una imagen, entre el pasado y el futuro.

Como si viviéramos hilvanado escenas para algún día dedicarnos a la puntada definitiva.

Los que vivimos, enseñamos, aprendemos, abrevamos, nos apasionamos y sufrimos en el universo del proyecto, ejercemos esta constante condición de prearmar una realidad repleta de escenarios de fantasía que se gestan en nuestra imaginación para muchas veces perderse en los confines de la deconstrucción y otras tantas materializarse en trans realidades asombrosas.

Hiper realidades, como diría el amigo Baudrilliard, con quien tuve el placer de compartir una cena de amigos.

Muchas vidas en una vida, muchas realidades en una realidad, quien puede diferenciar el hilván del punto que define?

Cada minuto es una otra vida, cada proyecto es una otra vida.

Lo impresionante, lo que verdaderamente impresiona es darte cuenta que un buen día estás trazando los puntos definitivos, los que te ganaste en los infinitos intentos del tránsito definitivo.

Nos reencontramos en unos días mis queridos, con lo que haya quedado de nosotros.
Como siempre, un verdadero placer

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Tony Luciani